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En la diabetes tipo 2, hay una secreción de insulina muy baja, deficiente en sus funciones o existe un tipo de resistencia o rechazo de la misma por parte de las células, provocando la mala regulación de glucosa en la sangre. A diferencia de la diabetes tipo 1, este tipo de diabetes no presenta causas autoinmunes contra el páncreas o las células Beta.
En más del 80% de los casos diagnosticados con diabetes tipo 2, existe obesidad central, también llamada abdominal, por la gran cantidad de grasa acumulada específicamente en esa área del cuerpo. La importancia del sobrepeso en el desarrollo de la diabetes tipo 2 radica en que, usualmente, existe un alto consumo de calorías y grasas muy saturadas. Cuando existe exceso de glucosa en la sangre, el tejido muscular sirve para su almacenaje provisional. Pero si este tejido muscular o los músculos están cubiertos de grandes cantidades de grasa, se genera resistencia a la insulina.
Esta resistencia a la insulina es la generadora de aumento de glucosa en la sangre. Las células se vuelven renuentes a la función de la insulina, impidiendo que la glucosa sea dirigida e introducida en las mismas y así continua la acumulación del azúcar en el torrente sanguíneo.
La obesidad y la falta de ejercicio han sido parte de las causas más importantes en la generación de diabetes tipo 2 en las comunidades latinoamericanas. Parte de las razones de esta tendencia a la enfermedad radican en el tipo de alimentación a la que culturalmente están acostumbradas, abundante en grasas saturadas y carbohidratos que, a la larga, no son procesados de forma correcta por el organismo, gracias a la falta de ejercicio o actividad física apropiada.
En las personas con diabetes tipo 2 que no sufren de obesidad, la presencia de resistencia a la insulina no representa la misma problemática, pues parece responder de forma efectiva a los tratamientos complementarios de insulina. En el caso particular de las personas que no presentan obesidad, la diabetes tipo 2 es idiopática, pues no se puede asignar una causa certera al porqué del desarrollo de la enfermedad.
Otro agente causal de la diabetes tipo 2 es de orden genético. Algunos estudios médicos han encontrado que algunos genes hacen que ciertas personas sean más susceptibles a desarrollar este padecimiento. Específicamente se ha analizado el gen TCF7L2. Sin embargo, este gen debe presentar cierto tipo de variantes o combinaciones, por ejemplo, con genes relacionados a la obesidad, para ser señalado como causante definitivo de diabetes, por lo cual aún se realizan estudios.
A pesar de que la diabetes tipo 2 no presenta causas de orden autoinmune como en el caso de la diabetes tipo 1, se han detectado casos clínicos en los que existe una disfunción en las células Beta del páncreas, provocando las alteraciones conocidas en la secreción de la insulina. Una posible razón a la disfunción celular Beta puede ser encontrada en los propios índices altos de glucosa en la sangre, sin embargo, las investigaciones científicas no han dado un dictamen conclusivo al respecto.
Con respecto a causas derivadas por líneas hereditarias, es importante indicar que la diabetes gestacional y los antecedentes de alteraciones de glucosa en sangre (particularmente le hiperglucemia) son dos de los factores a los que se debe prestar atención. La diabetes gestacional es conocida por ser un posible pre-disparador de la diabetes tipo 2, tanto en las mujeres embarazadas como en el bebé, pues pueden presentarse episodios de hiperglucemia de consideración y de forma intermitente. De la misma forma, si existen antecedentes de macrosomía en el nacimiento, debe tomarse en cuenta como posible causa del desarrollo de diabetes tipo 2.