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La diabetes gestacional, al igual de la diabetes tipo 1 y 2, no responde a una causa certera. Su propia condición de desarrollo la vuelve una condición compleja, pues ésta solamente se manifiesta y desarrolla durante el periodo del embarazo, pudiendo desaparecer tras el parto sin complicación alguna visible. En otros casos, dependiendo de las condiciones de salud de la madre, este tipo de diabetes puede degenerar en la conocida diabetes tipo 2. Es importante mencionar que esta condición no es similar a la de una mujer con diagnóstico previo de diabetes, pues las características y posibles consecuencias son diferentes.
Actualmente, se cree que la causa de la diabetes gestacional radica en los súbitos y fuertes cambios hormonales que sufre el cuerpo durante el embarazo, además de las demandas naturales que el organismo requiere para el desarrollo fetal y factores de orden ambiental, así como de herencia e influencia genética.
La diabetes gestacional no está relacionada de forma directa con reacciones autoinmunes, como en el caso de la diabetes tipo 1, sin embargo, sí puede desarrollarse por medio del mal funcionamiento de las células Beta. Durante el embarazo, la placenta genera una gran cantidad de hormonas, mismas que pueden provocar resistencia a la insulina. Entre más alta sea esta renuencia a la insulina por parte del entorno celular, más producción de insulina será demandada al páncreas y si éste a su vez no puede generarla por fallas en las células Beta, la diabetes gestacional tiene el entorno idóneo para desarrollarse.
Parte de los factores conocidos que disparan la presencia de diabetes tipo 2 también suelen contribuir en el desarrollo de la diabetes gestacional. A pesar de que no están vinculadas directamente, estas dos variantes de la enfermedad mantienen signos de alerta similares, siendo el de mayor importancia la obesidad.
La obesidad central o abdominal es una condición de alerta frente al embarazo. Si se sufre esta clase de sobre peso, las posibilidades de desarrollar diabetes gestacional son mayores, pues la concentración de tejido graso podría ser estímulo a una posible resistencia a la insulina. Igualmente, otros factores a tomar en cuenta son los historiales o antecedentes de intolerancia a la glucosa y la edad en que se dé el embarazo, pues a mayor edad, más riesgo.
Algunos otros estudios médicos han encontrado una mayor incidencia de este tipo de diabetes en ciertos grupos raciales, particularmente el afroamericano, el amerindio y el latinoamericano, sin embargo no existen conclusiones al respecto, pues el padecimiento requiere de la combinación de varios genes específicos, por lo que no se considera a la fecha una causa estable del origen de la enfermedad.
El aspecto de mayor importancia en la diabetes gestacional es el riesgo que representa para desarrollar posteriormente diabetes tipo 2. La gran cantidad de alteraciones hormonales que se dan durante el embarazo, aunado a los altos índices de glucosa que pueden estar presentes en la sangre, requieren que este desorden sea observado con el mayor de los cuidados. Se recomienda que las mujeres embarazadas que desarrollan diabetes gestacional, mantengas revisiones médicas continuas, así como evaluaciones de glucosa en sangre y ecografías para verificar el desarrollo fetal correcto.